martes, 27 de agosto de 2013

La Joyería - ¿Por qué?

La Joyería… ¡Nos encanta todo lo que brille, y más cuando nos favorece!
La joya representa, en muy poco espacio, las grandes victorias del hombre sobre la naturaleza y los elementos.
Técnicamente, la complicación de extraer los metales y las gemas, fundirlos y alearlos, o tallar las piedras para darles forma y crear con todo algo bello, raro y duradero, supone un esfuerzo en el que habitualmente no pensamos cuando clasificamos la Joyería como de Arte “Menor”.
En una joya puede guardarse todo un patrimonio, más duradero y fácil de cuidar, guardar y transportar  que billetes de banco, pinturas, esculturas o edificios.
Durante siglos, en los que la mujer no ha dispuesto de independencia económica, la joya ha supuesto el mejor regalo posible.
No es raro que una joya continúe siendo uno de los regalos que más se agradecen, y que más valorado hacen sentir al receptor; ni que guarde un altísimo valor emocional.
Hoy, en que predomina el diseño sobre el valor de los materiales, en que el mercado está repleto de bisutería y joyería hecha mecánicamente y con poco mérito técnico o artístico, me gustaría recordar que la estética y el valor no son incompatibles.
Repasaremos una historia llena de piezas espectaculares, de gemas que conseguirán que se nos haga la boca agua, y de sofisticación que no es exclusiva de los siglos XX y XXI.
“La moda se desvanece, sólo el estilo permanece” – Coco Chanel.

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